Por Luis Antonio González Silva, poeta mexicano:
El hombre que desglosa un manjar de palabras en los trazos sobre el papel, preguntándose, confrontando el juego, a la muerte, a los almanaques, las noticias de la radio y comienza a sembrar la duda en el pecho de quien lea, ahí, el acto rebelde de Alí Benítez comienza a tomar forma.
Sus palabras consiguen abrir la puerta a la reflexión, sin duda, es una bocana de aire fresco entre tantas lenguas que juran decir la verdad, ya que el lenguaje de Alí es mutante porque tenemos su palabra escrita, esa convención de signos sobre su visión se transforma en los ojos de quien esté leyendo para terminar en la boca de lectores, como lo dije, la rebeldía del poeta nace.
Necesitamos, tal vez lo digo desde una óptica muy personal, pero necesitamos que nos transgredan, nos confinen en nuestras mentes para pensar mediante un verso, palabras, con poemas; mostrarnos mediante la poesía esos mundos que algunas personas se niega a observar, por ello, Alí Benítez será su opción para adentrarse a esas calles donde las preguntas están en las esquinas, mirándote, solo debemos acercarnos.
Considero que el papel de Alí es importante, además de poeta, ha incursionado en gestionar vínculos con sus pares, creando proyectos con aliados ideológicos que culminan en gratas experiencias; esto que sirva de antesala para mencionar que las palabras de Alí Benítez se encuentran cargadas de lucha social, de reconocerse dentro de una zona, de un tiempo, viviendo su época; por ello, el poeta también anda en estos senderos como individuo oculto, pero atento a su realidad.
Rebelde, inquieto, a veces contrapoeta por romper esos esquemas de una tradición poética que no está respondiendo a nuestra realidad, lo que se refleja en las letras de Alí Benítez.