Jorge Yam es un poeta con el que no siempre estoy de acuerdo, pero con el que a veces no puedo estar más de acuerdo. Desde mi punto de vista es un escritor formal, guiado por las típicas necesidades de los autores que quieren escalar de manera ortodoxa, aunque sé que puedo equivocarme.
Difícilmente podría considerar a Jorge Yam como un poeta alternativo, es más bien, para mí, un poeta que juega en el juego oficial y juega bien, además de incongruencia no peca y eso lo sé reconocer. Por ejemplo, él es promotor de lectura y en sus eventos suele ser inclusivo, pues sabe que esa es una forma de atraer los públicos de diferentes autores y entrelazarlos, haciendo así crecer el alcance (o esa es la intención).
Pero que en sus convocatorias de lecturas literarias públicas sea inclusivo, no quiere decir necesariamente que él se siente atraído por las propuestas de sus invitados, a veces por el contrario, puede ser que le encantaría, como a mí también me encantaría, que esas propuestas se fortalecieran y tuvieran realmente algo de valor.
Un día tuve la dicha de charlar con él sobre este tema y otros relacionados, y de repente la charla se tornó en una especie de entrevista que le realicé, interesante y productiva. En seguida les comparto unos puntos en los que no puedo estar más de acuerdo con él. Los comentarios de Yam son los entrecomillados.
Hay muchas convocatorias que no son de calidad
"Hay muchas convocatorias que no tienen ni consejo editorial, están mal editadas, te das cuenta a la gente que publican, la calidad de textos, hay muchas revistas que son intentos de revistas... El querer hacer algo o sentirse promotor cultural no justifica que hagas las cosas nomás porque sí y sin el mínimo cuidado".
"Siempre me fijo en quienes son el consejo editorial, quienes convocan, quienes publican ahí, la verdad es que las redes sociales están llenísimas de convocatorias para revistas de muy mala calidad, y hasta en el texto de sus convocatorias hay errores feos, como poner en todo en mayúscula, por ejemplo".
"En este medio, cualquiera se siente escritor o poeta, pero realmente solo escriben pensamientos, frases inconexas, se sienten rápidamente escritores, y pues sinceramente yo no comparto esa idea".
No es apropiado compartir lo que no es de calidad
"No comparto convocatorias que no sean de calidad. Si realmente tomamos en serio la literatura, no deberíamos publicar por publicar, trato de ser muy cuidadoso en ello. Abundan escritores de mala calidad".
"Hay que fijarse en los puntos de una convocatoria, desde lo más básico como la ortografía, y también en quienes convocan, su historial, su experiencia, su trabajo y su procedencia".
No es bueno publicar en cualquier revista
"No veo nada benéfico que un escritor publique en varias revistas de mala calidad. No puedes estar tirando tus textos a lo loco en cualquier revista. Si lo que quieres es llegar a más gente, hay otros medios, crear una página, tu propia propuesta o acudir a editoriales que sí lo sean".
"Desde luego, la calidad del texto responde por el autor aunque esté publicado en la revista que sea. Ahora bien, ¿a qué tipo de lectores quieres llegar?".
Ser independientes no justifica los errores
"Hay autores independientes cuya calidad de textos es muy buena, pero no tienen buena ortografía. No tener buena ortografía no está peleado con ser buen escritor, pues para eso existen editores o consejo editorial. El resultado final, antes y a la hora de publicar, sí debe estar muy cuidado".
"Yo no soy el mejor en ortografía, pero uno siempre debe tratar de mejorar, y por respeto al lector se debe cuidar que el resultado final esté limpio de errores, ya que una propuesta literaria puede ser muy buena, pero si el lector lee un error puede desconectarlo del texto, perdiendo así el valor real de la obra". "Es recomendable tallerear los textos antes de mandarlos a imprimir".
Hay editoriales que son fotocopiadoras
"Desgraciadamente hay editoriales que son fotocopiadoras. El hecho de llamarse independientes no justifica errores que pueden evitarse. Hay libros que salen sin el más mínimo cuidado editorial, con errores ortográficos terribles y con pésima calidad".
"Parece que lo único que hacen es copiar y pegar, viendo esto como un negocio rápido, haciendo función de imprenta y no de editorial como se dicen llamar".
Para ser buen escritor hay que aplicarse
"Un gran tache para esos que no leen ni el periódico y se sienten grandes lectores, que no se preparan ni un poco y se sienten escritores".
"Uno tiene que aplicarse, tomar cursos, talleres, para ir mejorando la forma de escribir y pulirse. Uno tiene que capacitarse constantemente, y, además, un escritor debe tener oídos y ojos que detecten lo que está mal en la propia propuesta y en la de los demás, con buenos fines".
"El hecho que tú leas un libro en una semana no quiere decir que yo lo haga, yo puedo leer un libro en un mes, y tú tres, por poner un ejemplo. Lo importante es nutrir el intelecto en la medida de lo posible, y a tu propio ritmo, forma y estilo, pero hacerlo".
"Actualmente sí se está escribiendo poesía, y alguna muy buena, pero no es como que abras una llave y salga mucha agua. Además la buena calidad lleva su tiempo, no se trata de escribir y publicar inmediatamente, o de mandar colaboraciones a diestra y siniestra. Hay que tomar el tiempo necesario para hacer obras propositivas y de buena calidad".
Gracias al poeta Jorge Yam por permitirme compartir sus comentarios dichos en aquella charla (que comparto así, de manera natural, pues al analizarlos toman ruta), ambos estuvimos muy de acuerdo en todo lo comentado y coincidimos en que, indudablemente, a la creatividad de Cancún, y de México (y de hecho, del mundo), vaya que le hace falta mucha crítica. Especialmente en nuestro país, estamos siendo muy condescendientes y los efectos de ello es cierta pereza y mediocridad literaria.
No está de sobra aclarar algo, que aunque es muy obvio, resulta no dejar de confundirse, que la palabra crítica no debería ser tomada con prejuicio o con connotación negativa. La crítica puede ser constructiva, y enfatizo: ¡constructiva! Porque va construyendo, mejorando, progresivamente, a quien sabe tomarla del modo correcto, y con esa recíproca amabilidad.
Estos comentarios del poeta Jorge Yam dan para extenderse mucho en todos los temas implicados, cómo hay correlaciones entre unas conductas (autopermisivas) y otras, generando toda una descomposición de la literatura independiente, la que se autogestiona. Su autogestión debería incluir, no solo la de inversión de dinero y tiempo de fabricación, sino también los cuidados editoriales, deber que tienen los autoeditores, escritores independientes y editoriales que también se llaman independientes (para no confundirse con simples imprentas, ya que el término editorial les compromete), y dejar de ver las proyectos como deliberadas llamaradas de petate, impactos transitorios que no trascienden más debido a sus manchas en sus páginas que desacreditan al concepto de la literatura independiente, pues con esas fallas casi grotescas, se le puede percibir como literatura chafa, irrelevante, que no tiene "éxito", no por su falta de presupuesto, sino por su falta de seriedad.
Sin embargo, dejo que la extensión de este tema, y todos los relacionados, se haga mediante sus propias observaciones, todas por supuesto, siempre, con las mejores intenciones.