"Entropía", una publicación de Atz Ediciones / José Luis Salgado el Juglar 


Hace como un par de semanas, el escritor Mauricio Ocampo me esperó con el cubrefobias puesto en el hocico de su poesía cyberpunk y de mi transpoesía, unidas en Posmoderna Oquedad. Por ahí, entre su montón de libros, vi uno que se desordenaba a propulsión, y casualmente él lo tomó para compartírmelo. Era uno del que ya había escuchado hablar y cuyo título me llamó la atención, pues solo usa una sola palabra pero muy significativa. 

"Entropía", así se llama el libro en el que participan siete autores, de los cuales, como es casi inevitable en compendios así, unos destacan más que otros, o le atinan más al concepto intentado. Los que me conocen saben que soy muy observador y medio quisquilloso cuando se trata de textos, particularmente con intención literaria, no me fijo con prejuicio en las posturas, opiniones, estilo, experimentos o intenciones, sino en la sustancia, el respeto al lector, ciertas cuestiones elementales de la gramática y hasta de la tan básica ortografía, y especialmente, en que se aporte algo, que haya cierta fuerza, y no frases inconexas o expresiones baratas que reflejen la pereza intelectual, creativa o poética del autor. En este libro, destaca la sustancia de una autora. 

Salvador Fernández escribió mediante la observación a una sociedad caótica y absurda: "Las personas pasaban horas frente a ese increíble artefacto, olvidaban todo mientras otros les dictaban qué y cómo pensar; <<ya era más fácil la vida>>". En una perspectiva similar, Mauricio Ocampo escribió: "Cuando las naciones se dieron cuenta de que ya era demasiado tarde, en verdad, no había nada que hacer".

Sin embargo, de los demás autores, parece que Atz Bravo fue quien intentó apegarse más al significado de la entropía, partiendo desde una perspectiva literaria. Y eso mismo fue lo que observó José Luis Salgado el Juglar, quien en su cuenta de Facebook compartió su opinión acerca del libro Entropía, la cual me ha parecido acertada y se las comparto. 


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"Entropía" según la lectura de José Luis Salgado el Juglar 
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Este libro reúne a varios autores y enmarca una evolución dentro de la literatura de nuestra ciudad. Voy a comenzar con explicar mi sistema de lectura. Primero leo un libro a vuelapluma, dándome una idea general. 

Después una segunda lectura, que recoge las ideas principales para concluir con una lectura más detenida al final, ese es mi sistema. Me estalló en la mente “Alienación”, de Atz Bravo, en la segunda lectura. Mi mente voló hacia “La gallina degollada” de Horacio Quiroga, “Los crímenes de la calle morgue” escritos durante los delirios etílicos de Edgar Allan Poe. “El resplandor” de Stanley Kubrick, “La muerte tiene permiso” de Edmundo Valadés, para terminar cuestionándome: ¿Cómo logró la autora este relato? 

Bertolt Brecht tiene un ensayo que se llama “El arte de observar” donde menciona que un artista debe aprender a observar, hacer un ejercicio de imaginación con base al pensamiento conceptual, es decir: ¿Cómo logró, desde la selección del material, un escultor definir las características de su obra? ¿Cuál es el carácter, el gesto, la personalidad de la escultura? 

Por supuesto que hay diferencias entre el expectante y el espectador; entre significante y significado, sin tomar en cuenta el marco de referencia del, en este caso, lector. La autora hace buen uso de este recurso, el arte de observar, para narrar su historia. Esta historia ilumina la cotidianeidad del mundo en el cual vivimos; el mundo de la normalidad. 

Esta última premisa me remite a Michael Foucault en su libro “Los anormales” o la genealogía de lo monstruoso. Esquizofrenia paranoide. Una enfermedad que hay que ocultar como al familiar alcohólico, al hermano drogadicto, al sobrino bandolero o al padre violador. Hay que ocultar esa realidad familiar o de otra manera serán estigmatizados por el prejuicio social sin medir los riesgos que ocasiona dicho ocultamiento, de eso trata ese cuento. 
 
A mi entender una historia bien lograda. Escribí esto en alguna ocasión: “¿La quiere rosa, roja, sangrante o bien cocida? -Cruda, la realidad se come cruda y con pellejo, pa´que sacuda panza y conciencia”. Así es esta historia: cruda. ¿Cuál es el hilo que separa la realidad de la ficción? La entropía o el grado de desorden que lleva inherente toda la materia, el universo, la naturaleza, la sociedad y el ser humano. 
 
En este caso vivimos en una sociedad enferma, entrópica, desordenada dentro de una aparente normalidad, así nos los hace llegar Atz Bravo en esta lectura. Nos encara, nos confronta con una realidad que, muchas veces, nos negamos a aceptar. 

Esta opinión surgida desde mi individualidad, mi subjetividad, mis prejuicios no pretende demeritar a los demás autores de este libro, no, los demás autores tienen méritos suficientes para otra opinión posterior. Incluí los textos desde donde parte mi subjetiva opinión, por si gustan pasearse por esos lares. 

La imagen puede contener: Jose Luis Salgado, sonriendo






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