Poner el cigarrillo sobre la boca, fumar y mirar hacia arriba con la cabeza ligeramente en diagonal, como si los pensamientos pasaran como estrellas fugaces que, sin embargo, no sorprenden al típico intelectualoide de pose, cuya mirada medio perdida y absorta en una nada fundamental ya a muchos ni nos interesa.
Hace tanto tiempo que empezaron a caerse los misterios, ya no vende tan rápido la imagen de un escritor misterioso, ya no nos tragamos fácilmente ese formato en esta era de información y despertar. Aunque no se despierte el mundo lo suficiente, sí alcanza para ver, por ejemplo en la creación literaria, un nuevo reclamo.
La creación literaria tiene un nuevo reclamo que corresponde a una necesidad, la necesidad de claridad, para poder ver en un mundo de "luces" y sombras en tanto contraste que afectan nuestra visión. Una literatura oscura no puede dar ventajas accesibles, pero sí unas letras bien ordenadas transmitiendo un mensaje necesario.
En esa dinámica, Daniel Cabrera Padilla se pinta solo. Se trata de un poeta sin pose absurda, que no fanfarronea su gran capacidad creativa. Al contrario de los creativos que abusan de la pose, Daniel Cabrera porta cada vez que quiere una camisa formal o una camiseta de fútbol, como de Los Pumas.
Daniel Cabrera le entra a los negocios, los de salud herbolaria, los de criptomonedas, te invita a mejorar tu salud con deliciosos batidos y a mejorar tus finanzas mediante cursos online. Daniel asiste a la iglesia y presume a su familia con gran orgullo. Daniel no se inventa un personaje, porque él es un personaje, y uno natural, genuino, sin actuaciones.
Qué agradable sujeto es Daniel. Y decir que es co-fundador del taller literario Syan Ca´an de Bacalar, y que en 1988, cuando algunos "poetas malditos" todavía no habían nacido, obtuvo el segundo lugar en los Juegos Florales de Isla Mujeres.
En 1990 tuvo una mención honorífica en el primer concurso de Hai-Kú en español, convocado por Japan Air Lines. Tanto en 1991 como en 1992 se ganó el primer lugar en los Certámenes de Poesía de Bacalar.
En 1994, este agradable sujeto, recibió por parte del gobierno de Quintana Roo, el Premio al Mérito Juvenil, gracias a su trayectoria indiscutible. El teacher Dani además ha participado en encuentros regionales y nacionales desde su juventud, algunos realizados por la UNAM y por la Casa de la Cultura de San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
En 1998 publicó el poemario Crisol del alba. En 1989, cuando yo todavía comía Gerber, el poeta Cabrera continuaba escribiendo y publicó El egoísmo de la Flor. Luego, Piedra Bestial lo publicó en 1992; en 1996 publicó Los hijos olvidados de Dios, y así, él escribe y escribe.
Siendo que es un excelente profesor que ama a los niños, en 2016 lanzó el libro Pintar sueños, crear palabras. Y en el 2019, antes de que el COVID-19 fuese pandemia, Cabrera ya había presentado otro libro suyo, titulado Pato solo quiere.. ¡un abrazo!, ilustrado (para colorear) por el caricaturista Carlos Varela. Hace poco me compré unos colores para colorear ese libro.
Además de muchas otras cosas que tiene escondiditas el talentoso Cabrera, él es el autor de la letra del himno al centro regional de educación normal Lic. Javier Rojo Gómez. Daniel Cabrera es un apasionado profesor de educación primaria en Cancún, que poco antes de la pandemia impartió el taller de poesía del Centro Cultural de las Artes.
La gran sonrisa, sencillez y modestia que lo caracterizan son a la vez una forma de presentar a un poeta cuya sensatez se agradece y se necesita en estos tiempos de banalidades, en los que él, en vez de actuar o fingir, propone y enseña y comparte conocimientos concretos, útiles e interesantes.